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Estudio sobre muertes de niños relacionadas con la influenza muestra que incluso los niños sanos corren riesgo

Un estudio de los CDC que se publicó hoy en el diario Pediatrics destaca el trágico impacto que tiene la influenza en los niños estadounidenses todos los años. En este estudio, titulado "Muertes de niños relacionadas con la influenza en los Estados Unidos, 2004-2012", se analizaron las muertes de niños menores de 18 asociadas a la influenza que se reportaron durante el transcurso de ocho temporadas de influenza, desde octubre de 2004 hasta septiembre de 2012. Los resultados demostraron que las muertes se dieron en niños sanos, como también en aquellos con una o más enfermedades subyacentes. Además, se reportó que la mayoría de los niños murió mientras se llevaba adelante el estudio y que no había recibido la vacuna contra la influenza estacional. Los resultados obtenidos apoyan la recomendación de los CDC que todos los niños mayores de 6 meses de edad o más deben recibir la vacuna contra la influenza todos los años.

Otros resultados resaltan la rapidez con la que la influenza puede avanzar hasta poner en riesgo la vida de los niños. Un tercio de los niños murió dentro de los tres días desde que empezaron a desarrollarse los síntomas. Más de un tercio de ellos, murió en su hogar, camino al hospital o en el departamento de emergencias. Además, lo cierto es que los niños que eran sanos (es decir que no tenían una afección médica que los predisponiera a tener complicaciones graves a causa de la influenza) tenían más probabilidades de morir antes de ser admitidos en un hospital que los niños que tenían una afección de alto riesgo. Esto remarca la importancia que tiene el hecho de que los padres traten a la influenza con la misma seriedad en niños sanos como en niños que son más débiles en términos médicos a causa de una afección de alto riesgo. El mensaje es claro: los padres deben buscar atención médica inmediata para los niños que presentan síntomas de influenza.

El mayor número de muertes de niños consideradas en el estudio ocurrió durante la temporada 2009-2010, en gran medida por el virus pandémico de la influenza H1N1 2009, mientras que la menor cantidad de muertes se dio durante la temporada 2011-12. Los virus de la influenza "A" se relacionaron con la mayoría de las muertes de niños (78%), mientras que a los virus de la influenza "B" se les atribuyó el 20% de las muertes.

Las coinfecciones bacterianas fueron más comunes entre niños sanos que entre niños con una afección de alto riesgo. Casi la mitad de las coinfecciones bacterianas fueron infecciones por estafilococo.

Este estudio también muestra que la adhesión a las recomendaciones de los CDC en cuanto al tratamiento antiviral en niños no es muy buena. En el estudio se observó que menos de la mitad de los niños que murieron durante las temporadas 2010-2011 y 2011-2012 recibió tratamiento antiviral. Los CDC recomiendan que los niños hospitalizados, los que tienen una enfermedad grave o los que corren un alto riesgo de desarrollar complicaciones (por ser menores de 2 años o debido a una afección médica subyacente) reciban un tratamiento con medicamentos antivirales contra la influenza cuanto antes.

El estudio está disponible en línea, en el sitio web de Pediatrics en Muertes de niños relacionados con la influenza en los Estados Unidos, 2004-2012.

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