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Cuidado prenatal

Este sitio web se actualiza con frecuencia; no obstante, es posible que parte de su contenido se vea en inglés hasta que se traduzca.

Diagnóstico de microcefalia

La microcefalia se define como la medida de la circunferencia de la cabeza de fetos o bebés que es inferior a ciertos valores correspondientes a fetos o bebés de la misma edad y el mismo sexo. Este valor de medición para la microcefalia suele ser inferior a 2 desviaciones estándar (DE) por debajo del promedio. Esta medición también puede designarse como inferior al 3er. percentil.

La microcefalia se puede diagnosticar durante el embarazo a través de una ecografía. La microcefalia se diagnostica más fácilmente cuando la ecografía se hace a finales del segundo trimestre o a principios del tercer trimestre del embarazo. Si bien la microcefalia y las calcificaciones intracraneales generalmente se detectan durante las ecografías a fines del segundo y a principios del tercer trimestre de embarazo, estos descubrimientos podrían ser detectados tan pronto como en las 18-20 semanas de gestación. Sin embargo, la detección con una ecografía prenatal puede ser difícil a esta edad gestacional debido a la posición del feto y a los artefactos por movimiento fetal. No se sabe cuál es el momento óptimo para hacer una ecografía de detección de microcefalia fetal. En ausencia de microcefalia, la presencia de calcificaciones intracraneales antes de las 22 semanas de gestación podría sugerir un riesgo para el futuro desarrollo de microcefalia. Además, es posible que las anormalidades fetales, tales como la microcefalia, no sean perceptibles en una ecografía fetal pero sí en el momento del parto o después del nacimiento.

Manejo clínico de mujeres embarazadas con posible infección por el virus del Zika

En el caso de las mujeres embarazadas con infección por el virus del Zika presunta o confirmada, se debería considerar la posibilidad de hacer ecografías fetales en serie (cada 3-4 semanas) para evaluar la anatomía fetal, particularmente la neuroanatomía, y monitorear de cerca el crecimiento. Debido a la cantidad de tiempo que se requiere para detectar la microcefalia prenatal, las ecografías prenatales deberían incluir una anatomía fetal detallada, especialmente ecografías cerebrales, para detectar anormalidades cerebrales o estructurales que podrían darse antes que la microcefalia. Para obtener más recomendaciones sobre el manejo clínico durante el embarazo, consulte las directrices provisionales actualizadas de los CDC.

Ecografía fetal

Las ecografías fetales generalmente se realizan en embarazos de entre 18-20 semanas de gestación para evaluar la anatomía del feto como parte del cuidado obstétrico de rutina. Si bien la microcefalia y las calcificaciones intracraneales generalmente se detectan durante las ecografías a fines del segundo y a principios del tercer trimestre de embarazo, estos defectos de nacimiento podrían ser detectados ya en las 18-20 semanas de gestación. Según un reciente estudio de 17 embarazos con infección por el virus del Zika confirmada por laboratorio y resultados adversos en el feto, se observó un promedio de 18 semanas desde la aparición de los síntomas hasta el diagnóstico prenatal de la microcefalia. Estos hallazgos concuerdan con otros informes acerca del diagnóstico prenatal de la microcefalia; entre 37 embarazos con infección por el virus del Zika confirmada o presunta, se observó un promedio de 21 semanas (rango = 3-29 semanas) desde la aparición de los síntomas de la madre hasta el diagnóstico prenatal de la microcefalia. Debido a la cantidad de tiempo que se requiere para detectar la microcefalia prenatal, las ecografías prenatales deberían incluir una anatomía fetal detallada, especialmente ecografías cerebrales, para detectar otras anormalidades cerebrales o estructurales que podrían darse antes que la microcefalia.

El zika puede ocasionar microcefalia y otras malformaciones cerebrales graves. La infección por el virus del Zika durante el embarazo se ha vinculado con resultados adversos en el embarazo y el nacimiento tales como la pérdida del embarazo y malformaciones en los ojos. Por lo tanto, las ecografías adicionales podrían permitir identificar defectos de nacimiento que concuerden con una infección congénita por el virus del Zika y ayudar a determinar el manejo clínico.

La seguridad

Las ecografías se realizan durante el embarazo cuando se necesita información médica adicional. Se han usado durante el embarazo por muchos años y su uso no se ha asociado a resultados adversos maternos, fetales o neonatales. Los operadores de equipos para ecografías son capacitados para usar la menor potencia por la duración mínima para obtener la información necesaria. Hay consenso entre varias organizaciones médicas nacionales e internacionales (el Colegio Estadounidense de Radiología, el Colegio Estadounidense de Obstetras y Ginecólogos, y la Sociedad de Medicina Materna y Fetal) de que las ecografías son seguras para el feto cuando se usan adecuadamente.

Precisión

Se desconoce la precisión de las ecografías para detectar la microcefalia en un entorno de infección materna por el virus del Zika y dependerá de muchos factores, como el momento en que se produzca la infección materna en relación con el momento en que se haga la prueba de detección, la gravedad de la microcefalia, factores de la paciente (p. ej., obesidad), la edad gestacional, el equipo usado, y la experiencia de la persona que haga la ecografía. Debido a que la ausencia de microcefalia congénita y calcificaciones intracraneales en la ecografía en un determinado momento del embarazo no excluye microcefalia futura, se deben considerar ecografías adicionales a discreción del proveedor de atención médica. Los CDC actualizarán las directrices para mujeres y sus proveedores de atención médica cuando haya más información disponible sobre la infección por el virus del Zika y la microcefalia.

Sensibilidad

La sensibilidad de la ecografía prenatal para la detección de microcefalia y anormalidades cerebrales depende de una gama de factores (p. ej., el momento de la evaluación, la gravedad de la microcefalia, factores de la paciente). En un estudio de microcefalia congénita no causada por la infección por el virus del Zika, la microcefalia diagnosticada antes del nacimiento se correlacionó con la microcefalia neonatal en aproximadamente un 57% de los casos.

Resonancia magnética fetal

La resonancia magnética fetal no es una herramienta de detección y solo debería usarse para responder preguntas específicas que surjan con la ecografía o en situaciones ocasionales específicas de alto riesgo. La interpretación de una resonancia magnética fetal requiere de conocimientos especializados y está disponible de manera limitada en los Estados Unidos.

AMNIOCENTESIS

La amniocentesis es un procedimiento médico en el cual se extrae una pequeña cantidad de líquido amniótico del saco que envuelve al feto para someterlo a prueba. La consideración de la amniocentesis se debe programar de manera individual según las circunstancias médicas de la paciente. La amniocentesis ha sido utilizada para evaluar otras infecciones congénitas y puede ser considerada en la evaluación de una posible infección por el virus del Zika. Los proveedores de atención médica deben analizar con sus pacientes los riesgos y beneficios de la amniocentesis.

No se recomienda hacer una amniocentesis hasta después de las 15 semanas de gestación. La amniocentesis realizada con ≥15 semanas de gestación está asociada a índices más bajos de complicaciones que cuando se realiza en las etapas gestacionales más tempranas (≤14 semanas de gestación). No obstante, se desconoce cuál es el mejor momento para hacer la amniocentesis para diagnosticar la infección congénita por el virus del Zika y debe individualizarse según el cuadro clínico de la paciente. Debería garantizarse la derivación a un especialista en medicina materno-fetal. Los proveedores de atención médica deben analizar con sus pacientes los riesgos y beneficios de la amniocentesis.

Un resultado positivo de la NAT para detección del ARN del virus del Zika en el líquido amniótico podría indicar una infección intrauterina. Esta información sería útil para ayudar a las mujeres embarazadas y a sus proveedores de atención médica a determinar el manejo clínico (p. ej., pruebas antes del parto, programación de ecografías en serie y planes para el parto). Aunque un resultado negativo en la prueba NAT para detección del ARN del virus del Zika en el líquido amniótico no excluye la posibilidad de una infección congénita por el virus del Zika, podría dar lugar a que se hagan otras pruebas de diagnóstico de otras causas de microcefalia (p. ej., otras infecciones, trastornos genéticos).

Se desconoce:

  • Cuál es el momento óptimo para realizar amniocentesis para diagnosticar la infección congénita por el virus del Zika.
  • Qué tan sensibles o específicas son las pruebas del líquido amniótico para detectar la infección congénita por el virus del Zika.
  • Si un resultado positivo es predictivo de una anormalidad fetal posterior.
  • Qué proporción de bebés nacidos después de la infección tendrán anormalidades en el caso de que un resultado positivo sea predictivo .

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