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La biografía de Brian

El Día de Año Nuevo en el 2013, Brian comenzó el año con un desborde de creatividad en el estudio de cerámica en California donde era un maestro experto. Salió afuera para fumar y cuando regresó su mano derecha no funcionaba. No podía agarrar un bolígrafo, un vaso ni un trozo de arcilla. Le costaba hablar. Con apenas 43 años, Brian estaba sufriendo un accidente cerebrovascular. Su cerebro no estaba recibiendo suficiente sangre ni oxígeno y lo llevaron de emergencia en una ambulancia al hospital. Ese día dejó de fumar.

Brian ya había vencido duros problemas de salud —incluso había estado muy enfermo de sida (síndrome de inmunodeficiencia adquirida)—, pero no había dejado de fumar. Los cigarrillos son especialmente peligrosos para las personas que tienen el VIH, el virus que puede causar el sida. En el caso de Brian, fumar y tener el VIH causaron obstrucción en sus vasos sanguíneos. Dentro de sus arterias, se estaba acumulando una placa pegajosa. Al principio, Brian no tenía síntomas. Pero pocos meses antes de sufrir el accidente cerebrovascular, tuvo un coágulo sanguíneo en los pulmones. Los médicos trataron a Brian y lo instaron a que dejara de fumar.

"Yo quería dejar de fumar desde el comienzo, pero era una adicción y no podía dejarla", dice. "Tuve que tener un accidente cerebrovascular para que dejara de fumar", agrega.

Como muchos fumadores, Brian era un adolescente cuando fumó su primer cigarrillo. Fumar le parecía una audacia, un símbolo de libertad e independencia. Cuando Brian tenía 20 años, empezó a vivir abiertamente como un hombre homosexual y descubrió que fumar era común en las comunidades de lesbianas, homosexuales, bisexuales y transexuales, incluso en las pistas de baile en los clubes. Para entonces, Brian fumaba una cajetilla al día, y los cigarrillos no tenían nada que ver con la libertad. Ahora su adicción lo controlaba y él quería dejar de fumar. A través de los años, intentó dejar el hábito muchas veces.

El día que sufrió el accidente cerebrovascular, fue trasladado rápidamente al hospital y se le hizo una operación para limpiar la arteria obstruida en el cuello. Recuperar el funcionamiento de su cuerpo y de su mente ha sido un largo proceso que todavía no acaba. Al principio no se podía vestir solo ni cepillarse los dientes ni cocinar. Le era difícil hablar y leer.

Hoy en día Brian puede manipular los botones y los cordones de los zapatos, siempre y cuando lo haga lentamente. Pero su mano derecha todavía está débil e insensible, así que no puede trabajar como mesero. Después de muchos años como ceramista experto, sus obras ahora parecen más las de un principiante. Brian tiene el VIH bajo control —y así ha sido por mucho tiempo—, pero no está seguro de cuándo se recuperará completamente del accidente cerebrovascular o si podrá hacerlo.

Brian espera que su historia inspire a otras personas a dejar de fumar antes de que sea demasiado tarde. "El VIH es parte de tu vida para siempre", dice y agrega: "Fumar es algo que puedes controlar. Puedes dejar de hacerlo. Y por tu vida vale la pena dejar de fumar".

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	Brian

Brian, 45, California; sufrió un accidente cerebrovascular desencadenado por el tabaquismo combinado con el VIH.

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  • Esta página fue revisada el: 04 de enero de 2017
  • Esta página fue modificada el: 04 de enero de 2017
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