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El VIH y el consumo de drogas inyectables

Datos breves

  • Compartir agujas, jeringuillas y otros instrumentos para la inyección son una vía de transmisión directa del VIH.
  • Hay factores sociales y estructurales que dificultan la prevención del VIH y su tratamiento entre las personas que se inyectan drogas.
  • Las tendencias recientes en el consumo de drogas inyectables han presentado nuevos desafíos para la prevención.

El riesgo de contraer o transmitir el VIH es muy alto si una persona VIH negativa usa instrumentos para inyectarse que hayan sido usados por otra que tenga el VIH. Este alto riesgo se debe a que los materiales que se usan para las drogas pueden tener sangre y la sangre puede estar infectada con el VIH. La cantidad de diagnósticos de infección por el VIH entre personas que se inyectan drogas disminuyó un 48 % del 2008 al 2014. Sin embargo, el consumo de drogas inyectables en las áreas no urbanas ha presentado desafíos para la prevención y puesto a nuevas poblaciones en riesgo de contraer el VIH.

Las cifras

Diagnósticos de infección por el VIH y SIDAa

  • En el 2015, el 6 % (2392) de los 39 513 casos de VIH diagnosticados en los Estados Unidos se atribuyó al consumo de drogas inyectables y otro 3 % (1202) al contacto sexual de hombre con hombreb y consumo de drogas inyectables.
  • De los casos de VIH diagnosticados y atribuidos al consumo de drogas inyectables en el 2015c, el 59 % (1412) correspondió a hombres y el 41 % (980) a mujeres.
  • De los casos de VIH diagnosticados y atribuidos al consumo de drogas inyectables en el 2015, el 38 % (901) correspondió a personas de raza negra o afroamericanos, el 40 % (951) correspondió a personas de raza blanca y el 19 % (443) a hispanos o latinos d.
  • Si continúan las actuales tasas, 1 de cada 23 mujeres y 1 de cada 36 hombres que se inyectan drogas recibirán el diagnóstico de infección por el VIH en algún momento de su vida.
  • De los 18 303 diagnósticos de SIDA en el 2015, el 10 % (1804) se atribuyó al consumo de drogas inyectables y otro 4 % (761) al contacto sexual de hombre con hombre y consumo de drogas inyectables.

Diagnósticos de VIH atribuidos al consumo de drogas inyectables por raza o grupo étnico y sexo, 2015; Estados Unidos

El gráfico muestra la cantidad de diagnósticos de infección por el VIH atribuidos al consumo de drogas por raza o grupo étnico y sexo, en el 2015, en los EE. UU. Hombres: raza negra=538, hispanos o latinos=328, raza blanca=493. Mujeres: raza negra=363, hispanas o latinas=115, raza blanca=458.

*En este gráfico no están representadas las subpoblaciones que constituyen el 2 % o menos de la epidemia general en los Estados Unidos.
Fuente: CDC. Diagnoses of HIV infection in the United States and dependent areas, 2015. HIV Surveillance Report 2016;27.

Vivir con el VIH

  • A fines del 2013, se calcula que 103 100 hombres en los Estados Unidos tenían la infección por el VIH atribuida al consumo de drogas inyectables. El 5 % de ellos no había recibido el diagnóstico. Se calcula que 68 200 mujeres tenían la infección por el VIH atribuida al consumo de drogas inyectables y el 5 % de los casos no se había diagnosticado.
  • Entre las personas que se inyectaron drogas y recibieron el diagnóstico de VIH en el 2014, el 82 % de los hombres y el 83 % de las mujeres fueron vinculados con la atención médica dentro de un plazo de 3 meses.e
  • Entre las personas que se inyectan drogas y recibieron el diagnóstico de VIH en el 2012 o antes, el 49 % de los hombres y el 56 % de las mujeres continuaban recibiendo atención médica para el VIH a fines del 2013.e

Desafíos para la prevención

  • Entre las personas que se inyectan drogas es común compartir agujas, jeringuillas y otros instrumentos para la inyección, lo cual constituye una práctica de alto riesgo. En un estudio de ciudades con altos niveles de infección por el VIH, el 40 % de las nuevas personas que se inyectan drogas (personas que se han estado inyectando drogas por cinco años o menos) compartía jeringuillas. Desde el 2005 hasta el 2015, el porcentaje de quienes compartían las agujas disminuyó un 34 % entre las personas de raza negra y un 12 % entre los hispanos o latinos, pero no disminuyó entre las de raza blanca.
  • Los estimados de riesgo señalan que, en promedio, las probabilidades de que una persona VIH negativa contraiga el VIH cada vez que comparta agujas con una persona VIH positiva, para inyectarse drogas, son de alrededor de 1 en 160.
  • Inyectarse drogas puede reducir las inhibiciones y aumentar los comportamientos sexuales de riesgo, como tener relaciones sexuales sin usar un condón o sin tomar medicamentos para prevenir el VIH; tener relaciones sexuales con personas múltiples o intercambiar favores sexuales por dinero o drogas.
  • Se ha hallado en estudios que las personas jóvenes que se inyectan drogas (menores de 30 años) corren un mayor riesgo de contraer el VIH que las de más edad debido a que es más probable que las jóvenes compartan las agujas y adopten comportamientos sexuales de riesgo, como tener relaciones sexuales sin usar un condón o sin tomar medicamentos para prevenir el VIH.
  • La epidemia del uso inadecuado y abuso de los opioides recetados hizo aumentar la cantidad de personas que consumen drogas inyectables, por lo cual nuevas poblaciones están expuestas a un mayor riesgo de contraer el VIH. Las áreas no urbanas que cuentan con servicios limitados de prevención y tratamiento de infecciones por el VIH, y servicios limitados para el tratamiento de trastornos de consumo de sustancias, zonas que tradicionalmente han tenido un riesgo bajo de transmisión del VIH, se han visto afectadas de manera desproporcionada.
  • Hay factores sociales y económicos que limitan el acceso de las personas que se inyectan drogas a los servicios de prevención y tratamiento de infección por el VIH. En un estudio de ciudades con altos niveles de VIH, más de la mitad (51 %) de las personas VIH positivas que se inyectan drogas reportó que no tenía hogar, el 30 % que estaban encarceladas y el 20 % que no habían tenido seguro médico en los últimos 12 meses.
  • El estigma y la discriminación están asociados al consumo de sustancias ilícitas. Con frecuencia, el consumo de drogas inyectables se ve más como una actividad delictiva que como un asunto médico que requiere asesoramiento y rehabilitación. El estigma y la falta de confianza en el sistema de salud quizás impidan que las personas que se inyectan drogas procuren hacerse las pruebas de detección del VIH y busquen atención médica y tratamiento.
  • El consumo de drogas inyectables puede causar otras enfermedades y complicaciones. Además de correr el riesgo de contraer el VIH y otras enfermedades que se transmiten por la sangre y sexualmente (ETS), como la hepatitis viral, las personas que se inyectan drogas pueden tener otros problemas serios de salud, como infecciones de la piel, abscesos o incluso infecciones en el corazón. Estas personas pueden sufrir una sobredosis y enfermarse gravemente o aun morir debido al consumo de drogas inyectables.

Qué están haciendo los CDC

Los CDC y sus socios están adoptando un enfoque de prevención de gran impacto para avanzar hacia el logro de las metas de la Estrategia Nacional contra el VIH/SIDA, actualizada hasta el 2020, para maximizar la eficacia de los métodos actuales de prevención del VIH y mejorar lo que sabemos sobre los comportamientos de las personas que se inyectan drogas y los riesgos que enfrentan. Por ejemplo, los CDC:

  • Han otorgado al menos 330 millones de dólares cada año, a partir del 2012 ($343.7 millones en el 2015) a departamentos de salud a fin de que destinen recursos a las zonas geográficas y a las poblaciones que más lo necesiten, incluidas las personas que se inyectan drogas, y den prioridad a las estrategias de prevención del VIH que tendrán el mayor impacto.
  • Brindan apoyo a los programas de intervención que ofrecen servicios a las personas que se inyectan drogas, como Community PROMISE, que es un programa de prevención del VIH/ETS, a nivel comunitario y dirigido a poblaciones de alto riesgo, que utiliza historias de modelos a imitar y personas de la comunidad para distribuir materiales de prevención, dentro de las redes sociales.
  • Proveen una guía sobre cuáles actividades del programa de servicios de jeringuillas (SSP, por sus siglas en inglés) se pueden apoyar con los fondos de los CDC y cómo los programas financiados por los CDC pueden solicitar que se destinen recursos para poner en marcha nuevos programas de servicios de jeringuillas o para que se amplíen los ya existentes. Los programas de servicios de jeringuillas pueden contribuir a la prevención del VIH y de otros problemas de salud entre las personas que se inyectan drogas. Estos programas proporcionan acceso a jeringuillas estériles e idealmente ofrecen otros servicios integrales, tales como ayuda para dejar el consumo inadecuado de sustancias; pruebas de detección del VIH, la hepatitis B y la hepatitis C y vinculación al tratamiento; y otros servicios de prevención.
  • Apoyan la respuesta a los brotes de infección por el VIH debidos al consumo de drogas inyectables, como el brote del 2015 en áreas rurales de Indiana.
  • Dan apoyo a programas para ofrecer estrategias biomédicas para la prevención y el tratamiento del VIH en personas que se inyectan drogas, como la profilaxis prexposición (PrEP, por sus siglas en inglés) para las personas que tienen un alto riesgo, la profilaxis posexposición (PEP, por sus siglas en inglés) para reducir las probabilidades de infección después de haber estado expuesto, y la terapia antirretroviral (TARV) o medicamentos diarios para tratar el VIH.
  • Mantienen el Sistema Nacional de Vigilancia del VIH a fin de vigilar y evaluar las tendencias del VIH y el SIDA entre varias poblaciones, incluida la de personas que se inyectan drogas. A través de los departamentos de salud estatales y locales se recogen datos sobre los casos de infecciones por el VIH y SIDA, que luego se reportan a los CDC tras haberles quitado los identificadores personales. Estos datos pueden usarse para determinar quiénes son más vulnerables y para crear e implementar intervenciones que lleguen a las personas que se inyectan drogas.
  • Realizan la Encuesta Nacional de Vigilancia del Comportamiento Relacionado con el VIH cada tres años para examinar los comportamientos de las personas que se inyectan drogas en jurisdicciones que tienen una alta prevalencia de infecciones por el VIH, que incluyen a los comportamientos relacionados con el riesgo, la realización de pruebas de detección y el uso de los servicios de prevención del VIH.
  • Proporcionan mensajes de prevención culturalmente adecuados a través de Actúa contra el SIDA, iniciativa nacional que se centra en aumentar la conciencia, luchar contra el estigma y reducir el riesgo de infección por el VIH entre las poblaciones que están en riesgo, inclusive las personas que se inyectan drogas.

a Los diagnósticos de infección por el VIH y SIDA indican que una persona ha recibido un diagnóstico de infección por el VIH o SIDA y no cuándo se infectó la persona.

b El término hombres que tienen contacto sexual con otros hombres se usa en los sistemas de vigilancia de los CDC para indicar el comportamiento que transmite la infección por el VIH y no para indicar cómo las personas se identifican a sí mismas con respecto a su sexualidad.

c A menos que se indique lo contrario, los números incluyen infecciones atribuidas al consumo de drogas inyectables únicamente y no a aquellas atribuidas al consumo de drogas inyectables y al contacto sexual de hombre con hombre.

d Los hispanos o latinos pueden ser de cualquier raza.

e Basado en 32 estados y el Distrito de Columbia (áreas con notificación de laboratorio completa a diciembre del 2015).

Bibliografía

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