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Resultados de embarazos después de infección materna por el virus del Zika durante el embarazo - Territorios de los EE. UU., 1 de enero del 2016 - 25 de abril del 2017


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Detalles de la métrica

El 8 de junio del 2017, se dio a conocer este informe en línea como un adelanto del MMWR.

Carrie K. Shapiro-Mendoza, PhD1; Marion E. Rice, MPH2,3; Romeo R. Galang, MD2; Anna C. Fulton, MPH2; Kelley VanMaldeghem, MPH2; Miguel Valencia Prado, MD4; Esther Ellis, PhD5; Magele Scott Anesi, MPH6; Regina M. Simeone, MPH2; Emily E. Petersen, MD1; Sascha R. Ellington, MSPH1; Abbey M. Jones, MPH2; Tonya Williams, PhD7; Sarah Reagan-Steiner, MD8; Janice Perez-Padilla, MPH9; Carmen C. Deseda, MD4; Andrew Beron, MPH, MLS5; Aifili John Tufa, MPH10; Asher Rosinger, PhD11,12; Nicole M. Roth, MPH2; Caitlin Green, MPH2; Stacey Martin, MSc9; Camille Delgado Lopez, MPH4; Leah deWilde5; Mary Goodwin, MA, MPA1; H. Pamela Pagano, DrPH1; Cara T. Mai, DrPH2; Carolyn Gould, MD9; Sherif Zaki, MD8; Leishla Nieves Ferrer, MPH4; Michelle S. Davis, PhD5; Eva Lathrop, MD2; Kara Polen, MPH2; Janet D. Cragan, MD2; Megan Reynolds, MPH2; Kimberly B. Newsome, MPH2; Mariam Marcano Huertas4; Julu Bhatangar, PhD8; Alma Martinez Quiñones, MPH4; John F. Nahabedian, MS2; Laura Adams, DVM9; Tyler M. Sharp, PhD9; W. Thane Hancock, MD13; Sonja A. Rasmussen, MD15; Cynthia A. Moore, MD, PhD2; Denise J. Jamieson, MD1; Jorge L. Munoz-Jordan, PhD9; Helentina Garstang, DCHMS16; Afeke Kambui, MPH10; Carolee Masao, DCHMS17; Margaret A. Honein, PhD2; Dana Meaney-Delman, MD14; Grupo de Trabajo para el Registro de Casos de Zika en el Embarazo y en Bebés (ver las afiliaciones de los autores)

Ver la referencia bibliográfica sugerida

Resumen

¿Qué se sabe sobre este tema?

La infección por el virus del Zika durante el embarazo causa anomalías cerebrales graves y/o microcefalia y ha sido asociada a otros defectos de nacimiento graves. Se reportó transmisión local del virus del Zika en territorios de los EE. UU. en 2016.

¿Qué información agrega este informe?

En total, aproximadamente el 5% de los fetos y bebés de madres con evidencia de laboratorio de infección por el virus del Zika en los territorios de EE. UU. presentaron defectos de nacimiento posiblemente asociados con el Zika, el mismo porcentaje informado en los 50 estados de los EE. UU. durante 2016. Se informaron posibles defectos de nacimiento asociados al Zika, incluyendo anomalías cerebrales y/o microcefalia, después de infecciones por el virus del Zika, durante todos los trimestres del embarazo. Entre los embarazos que llegaron a término con prueba positiva en ácido nucleico para confirmar infección por el virus del Zika identificada en el primer, segundo y tercer trimestres, los porcentajes de fetos o bebés con posibles defectos de nacimiento asociados al Zika fueron de 8%, 5% y 4%, respectivamente.

¿Cuáles son las consecuencias para la práctica de salud pública?

Los datos actuales sugieren que una infección por el virus del Zika durante cualquier trimestre del embarazo puede resultar en defectos de nacimiento asociados con el Zika. La identificación y el seguimiento de los bebés de mujeres con evidencia de laboratorio de posible infección reciente por el virus del Zika durante el embarazo pueden facilitar que se proporcionen servicios de intervención clínica oportunos y adecuados y la evaluación de futuras necesidades. La información sobre cómo realizar adecuadamente las pruebas y exámenes recomendados para recién nacidos puede mejorar el monitoreo y la atención de los bebés afectados por el Zika.

Las mujeres embarazadas que vivan en áreas donde hay transmisión local del virus del Zika a través de mosquitos, o viajen allí, están en riesgo de infectarse con el virus del Zika, lo cual puede causar anomalías cerebrales graves y microcefalia en fetos y bebés (1). En febrero de 2016, los CDC recomendaron 1) pruebas de rutina para detectar infección por el virus del Zika a mujeres embarazadas asintomáticas residentes en áreas con transmisión local actual del virus del Zika en la primera consulta prenatal, 2) repetición de las pruebas durante el segundo trimestre para mujeres que inicialmente obtuvieron resultados negativos y 3)pruebas a mujeres embarazadas con signos o síntomas de la enfermedad por el virus del Zika (por ejemplo, fiebre, sarpullido, artralgia o conjuntivitis) en cualquier momento del embarazo (2). Para recopilar información sobre mujeres embarazadas con evidencia de laboratorio de posible infección reciente por el virus del Zika* y los resultados en sus fetos y bebés, los CDC establecieron registros de casos en embarazos y bebés (3). Durante el período entre el 1 de enero del 2016 y el 25 de abril del 2017, los territorios de EE. UU. con transmisión local del virus del Zika informaron 2 549 embarazos llevados a término§ (nacidos vivos y pérdidas fetales en cualquier etapa gestacional) con evidencia de laboratorio de posible infección reciente por el virus del Zika; el 5% de los fetos o bebés de estos embarazos presentaron defectos de nacimiento potencialmente asociados a la infección por el virus del Zika (4,5). Entre los embarazos que llegaron a término con prueba positiva en ácido nucleico para confirmar infección por el virus del Zika identificada en el primer, segundo y tercer trimestres, los porcentajes de fetos o bebés con posibles defectos de nacimiento asociados al Zika fueron de 8%, 5% y 4%, respectivamente. Entre los bebés nacidos vivos, el 59% de los resultados de las pruebas de laboratorio para la detección del Zika fueron informados a los registros de casos en embarazos y bebés. La identificación y el seguimiento de los bebés de mujeres con evidencia de laboratorio de posible infección reciente por el virus del Zika durante el embarazo permiten que se proporcionen servicios de intervención clínica oportunos y adecuado (6).

Para caracterizar los embarazos con evidencia de laboratorio de posible infección reciente por el virus del Zika y los resultados de los embarazos llevados a término, se extrajeron datos de historias clínicas prenatales, partos y hospitalizaciones para el nacimiento. Los datos así obtenidos se incluyeron en los registros de casos de Zika en embarazos y bebés**, establecidos por los CDC en colaboración con los departamentos de salud estatales, tribales, locales y territoriales. Se analizó a través de los registros el número de embarazos llevados a término con evidencia de laboratorio de posible infección reciente por el virus del Zika y un subgrupo con infección por el virus del Zika confirmada por pruebas de ácido nucleico (NAT, por sus siglas en inglés)†† con resultado positivo. Los embarazos de incluyeron en este análisis si el embarazo se llevó a término en los territorios de EE. UU. antes del 25 de abril de 2017, inclusive, y se reportó a los registros hasta el 24 de mayo de 2017, y si existió evidencia de laboratorio de posible infección por el virus del Zika durante el embarazo.

Expertos clínicos en defectos de nacimiento revisaron los datos extraídos de los registros para identificar cada feto o bebé con defectos de nacimiento que cumplen los criterios de vigilancia estándar de los CDC para defectos de nacimiento posiblemente relacionados al Zika (4,5) y los dividieron en dos categorías mutuamente excluyentes: 1) anomalías cerebrales y/o microcefalia y 2) defectos del tubo neural, anomalías oculares o consecuencias de la disfunción del sistema nervioso central en fetos o bebés sin evidencia de otras anomalías cerebrales o microcefalia (4,5). Los análisis se estratificaron según el estado de los síntomas de la madre§§ y el trimestre en que aparecieron los síntomas de la madre o la fecha de recolección de las muestras de laboratorio.¶¶ El porcentaje (con intervalos de confianza [CI] del 95%) de fetos o bebés con defectos de nacimiento asociados al Zika se calculó para una proporción binomial utilizando el intervalo de puntuación de Wilson.

Para describir las pruebas y exámenes (6) informados a los registros de casos de Zika en embarazos y bebés, se calcularon los porcentajes de bebés nacidos vivos con 1) resultados de pruebas de laboratorio para infección por el virus del Zika al nacer, 2) resultados de neurodiagnóstico por imagen posterior al nacimiento (ecografía craneal, tomografía computada, resonancia magnética o radiografía) y 3) resultados de exámenes de audición. La información sobre pruebas y exámenes a bebés durante la hospitalización posterior al nacimiento se basó en datos informados a los registros para nacimientos anteriores al 25 de abril de 2017 inclusive.

Los territorios de EE. UU. informaron 3 930 embarazos con evidencia de laboratorio de posible infección reciente por Zika a los registros durante el período entre el 1 de enero de 2016 y el 24 de mayo de 2017, que incluyen 2 549 (65%) embarazos completados hasta el 25 de abril de 2017, que resultaron en 2 464 (97%) bebés nacidos vivos y 85 (3%) pérdidas del embarazo. Entre las mujeres con embarazos completados, 1 561 (61%) informaron signos o síntomas compatibles con infección por el virus del Zika durante el embarazo, 966 (38%) fueron asintomáticas y no hubo información respecto de los síntomas para 22 (1%). Se identificaron síntomas maternos o resultados positivos de pruebas de laboratorio en el primer, segundo y tercer trimestres para el 21%, 43% y 34% de las mujeres respectivamente; no se informó el momento de la infección, o la misma ocurrió en la etapa periconcepcional, para 41 embarazos (2%) (Tabla 1).

De entre los 2 549 embarazos completados, 122 (5%) resultaron en fetos o bebés con defectos de nacimiento posiblemente asociados al Zika (5% en mujeres sintomáticas y 4% en mujeres asintomáticas) (Tabla 1). Se observó el mismo porcentaje de defectos de nacimiento (5%) en el subgrupo de 1 508 (59%) embarazos con infección por virus del Zika confirmada por NAT (5% entre las mujeres sintomáticas y 7% entre las mujeres asintomáticas). Entre los 122 fetos o bebés que concordaron con la definición de casos de vigilancia para defectos de nacimiento asociados al Zika, 108 (89%) se clasificaron como casos de anomalías cerebrales y/o microcefalia. Se informaron casos de defectos de nacimiento asociados al Zika entre mujeres embarazadas con aparición de los síntomas o resultados positivos de pruebas de laboratorio maternas identificados en todos los trimestres. Entre las mujeres con síntomas o resultados de pruebas positivos identificados durante el primer, segundo y tercer trimestres, el 6%, 5% y 4% de los bebés o fetos, respectivamente, fueron reportados con defectos de nacimiento posiblemente relacionados al Zika. Entre los embarazos con infecciones maternas confirmadas por NAT, se informaron posibles defectos de nacimiento relacionados al Zika en 8%, 5% y 4% de los bebés o fetos con síntomas maternos o resultados de laboratorio positivos identificados durante el primer, segundo y tercer trimestres, respectivamente.

Entre los bebés nacidos vivos, el 59% de los resultados de las pruebas de laboratorio para la detección del Zika fueron informados a los registros de casos en embarazos y bebés. De los bebés, se informó de un 52% de los casos con resultados de neurodiagnóstico por imágenes posterior al nacimiento y un 79% con resultados de exámenes de audición durante la hospitalización posterior al nacimiento. (Tabla 2).

Discusión

Entre los embarazos llevados a término con evidencia de laboratorio de posible infección materna reciente por el virus del Zika en los territorios de EE. UU., alrededor de uno cada 20 fetos o bebés presentó posibles defectos de nacimiento asociados al Zika. Cuando se limitó el análisis a los casos de infección por el virus del Zika confirmados por NAT en el primer trimestre, alrededor de uno de cada 12 fetos o bebés presentó un posible defecto de nacimiento asociado al Zika. Los defectos de nacimiento asociados al Zika se notificaron luego de la identificación delos síntomas maternos o resultados de pruebas positivos en cada trimestre.

El cálculo global del 5% de fetos o bebés con posibles defectos de nacimiento asociados al Zika entre embarazos llevados a término con infecciones confirmadas por NAT podría verse afectado por la proporción más reducida de embarazos llevados a término totales con aparición de síntomas o un resultado de pruebas positivo durante el primer trimestre (18%) en comparación con aquellos en el segundo o tercer trimestres (81%). Como los datos disponibles sugieren que el riesgo de defectos de nacimiento es mayor cuando la infección ocurre en las primeras etapas del embarazo (5,7) y existen embarazos actuales con infección en el primer trimestre, será importante continuar monitoreando los resultados de los embarazos para determinar el impacto de la infección en las primeras etapas del embarazo sobre el porcentaje de bebés con posibles defectos de nacimiento asociados al Zika. Se identificaron defectos de nacimiento asociados al Zika en embarazos con síntomas o evidencia de laboratorio de posible infección materna reciente por el virus del Zika en cada trimestre del embarazo. Las dificultades relacionadas con la determinación exacta del momento de la infección limitan la interpretación; sin embargo, los resultados adversos después de una infección durante el embarazo concuerdan con los resultados adversos asociados a otras infecciones congénitas (8). Por ejemplo, se han informado secuelas graves para el sistema nervioso central (pérdida de la audición, convulsiones o coriorretinitis) como consecuencia de infecciones congénitas por citomegalovirus en las etapas más avanzadas del embarazo, con el riesgo más alto relacionado a infección en el primer trimestre (8). El seguimiento continuo de los bebés es clave para dilucidar el impacto de la infección por el virus del Zika durante el embarazo más allá de las anomalías detectadas al momento del nacimiento. El monitoreo de los embarazos actuales con evidencia de laboratorio de posible infección reciente por el virus del Zika y el seguimiento continuo del estado de los bebés después de la hospitalización posterior al nacimiento pueden aportar información para las recomendaciones de salud pública en cuanto a pruebas, evaluaciones y atención. Información adicional sobre el espectro completo de resultados puede mejorar el acceso a intervención temprana. (https://www2.ed.gov/programs/osepeip/index.html) y a servicios para niños con necesidades de atención médica especial (https://mchb.hrsa.gov/maternal-child-health-topics/children-and-youth-special-health-needs).

En concordancia con datos aportados previamente de los 50 estados de EE. UU. con respecto a infecciones por el virus del Zika durante el embarazo asociadas a viajes principalmente, alrededor de uno cada 20 fetos o bebés presentó posibles defectos de nacimiento relacionados al Zika (5). Sin embargo, el informe de los estados de EE. UU. incluía un mayor porcentaje de embarazos con datos imprecisos respecto del momento de la infección, lo cual limita cualquier comparación directa del porcentaje de embarazos afectados según el trimestre en que se produjo la infección. Este informe de los territorios, con datos más sólidos sobre las etapas avanzadas del embarazo, sugiere que el riesgo de defectos de nacimiento estaría presente durante todo el embarazo; se requieren estudios adicionales para confirmar este hallazgo. El porcentaje de bebés con posibles defectos de nacimiento asociados al Zika después de una infección identificada en el primer trimestre fue del 8% (95% CI = 5%–12%) en los territorios de EE. UU. en comparación con el 15% (;5;); los intervalos de confianza para estas estimaciones se superponen y ambos están basados en números relativamente pequeños. Además, para el análisis de los datos de los territorios de EE. UU., se utilizó una definición más restrictiva de infección confirmada, limitada a infecciones confirmadas por NAT.

Los resultados de este informe están sujetos al menos a siete limitaciones. Primero, el número real de bebés sometidos a pruebas de diagnóstico del virus del Zika y evaluaciones postnatales podría ser subestimado debido a las demoras en reportar los resultados a los registros médicos y los cambios en las directrices clínicas para bebés de agosto del 2016 (6). Segundo, podrían haberse producido clasificaciones erróneas de microcefalia debido a mediciones imprecisas de la circunferencia de la cabeza y dificultades para mantener una vigilancia constante para la microcefalia, lo que podría resultar en la infraestimación o sobrestimación de la microcefalia (9). Tercero, en este análisis, no se evaluaron otras causas potenciales de estos defectos de nacimiento (por ejemplo, causas genéticas o por otras infecciones). Cuarto, la falta de neurodiagnóstico por imagen posterior al nacimiento podría haber llevado a infraestimar las anomalías cerebrales; solo poco más de la mitad de los bebés tuvieron neurodiagnóstico por imagen posterior al nacimiento, a pesar de las recomendaciones en cuanto a que todos los bebés de madres con evidencia de laboratorio de posible infección por el virus del Zika recibieran dichas pruebas (6). Algunos bebés podrían recibir otros estudios por imágenes en un entorno ambulatorio; un esfuerzo planificado para hacer un seguimiento de estos bebés a los 2 meses y con posterioridad podría proporcionar más datos. Quinto, el número real de infecciones por el virus del Zika entre mujeres embarazadas en los territorios de los EE. UU. podría estar infraestimado. La investigación de un brote de enfermedad por el virus del Zika de 2007 en Yap, Estados Federados de Micronesia, sugirió que hasta un 80% de las infecciones por el virus del Zika podrían ser asintomáticas o con síntomas leves (10). El porcentaje de infecciones asintomáticas en los territorios de EE. UU. (38%) fue mucho más bajo que el reportado en Yap y más bajo que el sugerido por los datos de los Registros de casos de Zika en embarazos y bebés de los estado de EE. UU. (62%) (5,10). Sin embargo, en los territorios de EE. UU., se recomendó la realización de pruebas de detección del virus del Zika a mujeres embarazadas independientemente de su estado sintomático, mientras que en Yap se llevó a cabo una encuesta domiciliaria de la población general. Sexto, debido a las limitaciones en cuanto a especificidad de las pruebas serológicas actuales, algunas mujeres embarazadas que se reportaron a los Registros de casos de Zika en embarazos y bebés podrían haber tenido otras infecciones por flavivirus. Sin embargo, los índices de transmisión del virus del dengue fueron bajos en Puerto Rico y en las Islas Vírgenes de los EE. UU. durante el 2016 (https://diseasemaps.usgs.gov/mapviewer/), y la infección por el virus del dengue no ha demostrado causar defectos de nacimiento. Por último, algunas mujeres que fueron infectadas con el virus del Zika antes del embarazo podrían tener una respuesta inmunitaria persistente, que resultaría en una prueba de inmunoglobulina M positiva detectable durante el embarazo. Los análisis circunscritos a embarazos con infecciones por el virus del Zika confirmadas por NAT indicaron una proporción similar de bebés con defectos de nacimiento. Sin embargo, incluso con las pruebas de NAT, la determinación del momento en que se infectó la madre podría ser inexacta, especialmente dado que el ARN del virus del Zika puede persistir durante el embarazo (https://www.cdc.gov/zika/laboratories/lab-guidance.html), y porque la mayoría de las infecciones por el virus del Zika son asintomáticas o tienen síntomas leves y no específicos.

Este informe añade datos sobre el número de posibles defectos de nacimiento asociados al Zika, en casos con evidencia de laboratorio de infección reciente por el virus del Zika, posible o confirmada por NAT, durante el embarazo entre mujeres que viven en los territorios de EE. UU. y complementa los hallazgos de los estados de EE. UU. También proporciona nuevos datos estimativos para la proporción de bebés con defectos de nacimiento después de la identificación de infección materna por el virus del Zika en el primer, segundo y tercer trimestres del embarazo; y proporciona evidencia de que los defectos de nacimiento pueden ocurrir independientemente del trimestre del embarazo en que se documente la aparición de los síntomas o se realicen las pruebas de laboratorio con resultados positivos. Por otra parte, con base en los datos reportados a los registros de casos en embarazos y bebés, este informe pone de manifiesto posibles deficiencias en las pruebas de detección y evaluación de bebés con posible infección congénita por el virus del Zika en los territorios de EE. UU. al nacer. La identificación y el seguimiento de los bebés de mujeres con evidencia de laboratorio de posible infección reciente por el virus del Zika durante el embarazo pueden facilitar que se proporcionen servicios de intervención clínica oportunos y adecuados y la evaluación de futuras necesidades (2,6). La información sobre cómo realizar adecuadamente las pruebas y exámenes recomendados para recién nacidos puede mejorar el monitoreo y la atención de los bebés afectados por el Zika.

Reconocimientos

Adaliz Reyes Ortiz, Ashley A. Derieux Otero, Ashley Ann Mendez Escobar, Departamento de Salud de Puerto Rico; Carlos M. Martínez Morán, Diliana I. Maldonado-Castillo, División de Trastornos Congénitos y del Desarrollo, Centro Nacional de Defectos Congénitos y Discapacidades del Desarrollo, CDC; Francheska M. Méndez Carrión, Puerto Rico Department of Health; Francisco J. Garcia, MS, Genesis Burgos Lebron, Glorimar Melendez-Rosario, MPH, Heysha Figueroa Meléndez, Jennifer M. Toro-Rivera, División de Trastornos Congénitos y del Desarrollo, Centro Nacional de Defectos Congénitos y Discapacidades del Desarrollo, CDC; Joel M. Calderón López, Departamento de Salud de Puerto Rico; Jonathan Sanchez-Garcia, MPH, Marangeli Olan-Martinez, MPH, Maria De Lourdes Cotto Torres, Maria E. Rivera Falcon, MBA, María M. De León-Pérez, Maritza Lago Hernandez, Natalie Romero Rivera, Nichole Avilés Cabrera, Paloma D. Reyes Correa, Vanessa Adrover, División de Trastornos Congénitos y del Desarrollo, Centro Nacional de Defectos Congénitos y Discapacidades del Desarrollo, CDC; Paz E. Velasco, MD, Vita Skilling, DCHMS, DpCH, Livinson A. Taulung, DCHMS, Patricia Tilfas, Hibson Palik, Rose Joe, Salome Martin, William Nena, Cecilia Sigrah, Departamento de Servicios de Salud de Kosrae, Estados Federados de Micronesia; Edlen J. Anzures, Leslie Fox-Levya, Ransen Hansen Jr., Jill A. McCready, MSPH, Ministerio de Salud de la República de las Islas Marshall; Barry Perry, MS, Braeanna Hillman, Carrie DeJesus, MS, Cosme Harrison, MPH, Eleanor Joy Joseph, Irene Guendel, PhD, Krystal Seger, MSPH, Natasha Lamens, Departamento de Salud de las Islas Vírgenes de los EE. UU.; Ngoc-Phuong Luu, MD, Paul White, PhD, Commonwealth Health Care Corporation, Estado Libre Asociado de las Islas Marianas del Norte; Josephine O'Mallan, Departamento de Salud Pública y Servicios Sociales de Guam; Feauina Meaole, Departamento de Salud de Samoa Americana; Carrie Reed, PhD, CDC; Elizabeth Irvin-Barnwell, PhD, Agencia para Sustancias Tóxicas y el Registro de Enfermedades; Emily Piercefield, MD, Jason A. Wilken, PhD, Joseph Roth Jr., MPH, Julie Shaffner, MS, MPH, Kari Yacisin, MD, Karrie-Ann Toews, MPH, Konrad E. Hayashi, MD, Nevin K. Krishna, MS, MPH, Niketta A. Womack, MPH, Onalee Grady-Erickson, Orion McCotter, MPH, Paul J. Weidle, PharmD, Phillip M. Talboy, Ramona Finnie, DrPH, Rebecca L. Laws, PhD, Ruth Link-Gelles, PhD, Shannon Stokley, DrPH, Tracy L. Ayers, PhD, Yao-Hsuan Chen, PhD, Khadija R. Turay, PhD, CDC; Leah Graziano, Agencia para Sustancias Tóxicas y el Registro de Enfermedades; Meng-Yu Chen, MD, Rodel Desamu-Thorpe, MD, S. Christine Zahniser, MPH, Arlene J. Shaw, MPH, CDC.

Grupo de trabajo del Registro de Casos de Zika en el Embarazo y en Bebés

Adriana Rico, MPH, División de Operaciones de Emergencia, Oficina de Preparación y Respuesta de Salud Pública, CDC; Alba Phippard, MPH, División de Migración Global y Cuarentenas, Centro Nacional de Enfermedades Infecciosas Emergentes y Zoonóticas, CDC; Alexis B. Peterson, PhD, División de Prevención de Lesiones Involuntarias, Centro Nacional para la Prevención y el Control de Lesiones, CDC; Ana Pomales, MS, Agencia para Sustancias Tóxicas y el Registro de Enfermedades; Annelise C. Arth, MPH; April Dawson, MPH, División de Trastornos Congénitos y del Desarrollo, Centro Nacional de Defectos Congénitos y Discapacidades del Desarrollo, CDC; Araceli Rey, MPH; Argelia Figueroa, MSc, Audilis Sanchez, MPH, División de Migración Global y Cuarentenas, Centro Nacional de Enfermedades Infecciosas Emergentes y Zoonóticas, CDC; Brittany Robinson, MPH, División de Trastornos Congénitos y del Desarrollo, Centro Nacional de Defectos Congénitos y Discapacidades del Desarrollo, CDC; Daniel B. Williams, MA, División de VIH y TB Global, Centro de Salud Global, CDC; Deborah L. Dee, PhD, División de Salud Reproductiva, Centro Nacional para la Prevención de Enfermedades Crónicas y la Promoción de la Salud, CDC; Divia P. Forbes, MSPH, División para la Eliminación de la Tuberculosis, Centro Nacional para la Prevención del VIH/SIDA, hepatitis viral, ETS y tuberculosis, CDC; Elizabeth C. Ailes, PhD, División de Trastornos Congénitos y de Desarrollo, Centro Nacional de Defectos Congénitos y Discapacidades del Desarrollo, CDC; Frances Marrero, División de Salud Reproductiva, Centro Nacional para la Prevención de Enfermedades Crónicas y la Promoción de la Salud, CDC; Gamola Z. Fortenberry, PhD, Servicio de Inteligencia Epidemiológica, CDC; Hilda Razzaghi, PhD, División de Trastornos Congénitos y de Desarrollo, Centro Nacional de Defectos Congénitos y Discapacidades del Desarrollo, CDC; Jean Y. Ko, PhD, División de Salud Reproductiva, Centro Nacional para la Prevención de Enfermedades Crónicas y la Promoción de la Salud, CDC; Jennifer N. Lind, PharmD, División de Trastornos Congénitos y de Desarrollo, Centro Nacional de Defectos Congénitos y Discapacidades del Desarrollo, CDC; Kenneth Lee Dominguez, MD, División de Prevención del VIH/SIDA, Centro Nacional para la Prevención de VIH/SIDA, hepatitis viral, ETS y tuberculosis, CDC; Kristie Clarke, MD, División de Inmunización Global, Centro para la Salud Global, CDC; Maria Flores, División de Migración Global y Cuarentenas, Centro Nacional de Enfermedades Infecciosas Emergentes y Zoonóticas, CDC; Matthew S. Biggerstaff, ScD, División de Influenza, Centro Nacional de Vacunación y Enfermedades Respiratorias, CDC; Melissa Danielson, MSPH, División de Desarrollo Humano y Discapacidad, Centro Nacional de Defectos Congénitos y Discapacidades del Desarrollo, CDC; Monica Molina, MPH, División de Preparación Estatal y Local, Oficina de Preparación y Respuesta de Salud Pública, CDC; Nicholas J. Somerville, MD, Servicio de Inteligencia Epidemiológica, CDC; Rachel Blumenfeld, MPH, División de Trastornos Congénitos y de Desarrollo, Centro Nacional de Defectos Congénitos y Discapacidades del Desarrollo, CDC; Raegan A. Tuff, PhD, Oficina del Director, Centro Nacional para la Prevención de Enfermedades Crónicas y la Promoción de la Salud, CDC; Rebecca J. Free, MD, División de Operaciones de Emergencia, Oficina de Preparación y Respuesta de Salud Pública, CDC; Sae-Rom Chae, MD, División de Enfermedades Causadas por Alimentos, el Agua y el Ambiente, Centro Nacional de Enfermedades Infecciosas Emergentes y Zoonóticas, CDC; Sara Andrist, MPH, División de Inmunización Global, Centro para la Salud Global, CDC; Shin Y. Kim, MPH, División de Salud Reproductiva, Centro Nacional para la Prevención de Enfermedades Crónicas y la Promoción de la Salud, CDC; Tanya L. Williams, MPH, División de Salud Reproductiva, Centro Nacional para la Prevención de Enfermedades Crónicas y la Promoción de la Salud, CDC; Theresa A. Harrington, MD, División de Promoción de la Calidad en los Servicios de Salud, Centro Nacional de Enfermedades Infecciosas Emergentes y Zoonóticas, CDC; Tracy Thomason, Oficina del Director, Centro Nacional para la Prevención de Enfermedades Crónicas y la Promoción de la Salud, CDC; Vikram Krishnasamy, MD, División de Enfermedades Causadas por Alimentos, el Agua y el Ambiente, Centro Nacional de Enfermedades Infecciosas Emergentes y Zoonóticas, CDC.

Conflicto de intereses

La Sra. Fulton declaró honorarios personales de Population Services International (marzo del 2015 a diciembre del 2016), Dexis Consulting Group (enero a junio del 2015) y del Instituto de Salud Pública (agosto a diciembre del 2014) fuera del trabajo presentado. No se reportaron otros conflictos de intereses.


Autor responsable de la correspondencia: Margaret A. Honein, mrh7@cdc.gov, 770-402-0160.

1División de Salud Reproductiva, Centro Nacional para la Prevención de Enfermedades Crónicas y la Promoción de la Salud, CDC; 2División de Trastornos Congénitos y del Desarrollo, Centro Nacional de Defectos Congénitos y Discapacidades del Desarrollo, CDC; 3Instituto Oak Ridge de Ciencia y Educación; 4Departamento de Salud de Puerto Rico; 5Departamento de Salud de las Islas Vírgenes de los EE. UU.; 6Departamento de Salud de Samoa Americana; 7División de Desarrollo Humano y Discapacidad, Centro Nacional de Defectos Congénitos y Discapacidades del Desarrollo, CDC; 8División de Patología y Microorganismos Patógenos de Graves Consecuencias, Centro Nacional de Enfermedades Infecciosas Emergentes y Zoonóticas, CDC; 9División de Enfermedades Transmitidas por Vectores, Centro Nacional de Enfermedades Infecciosas Emergentes y Zoonóticas, CDC; 10Pacific Island Health Officers Association; 11Servicio de Inteligencia Epidemiológica, CDC; 12División Encuestas de Evaluación de Salud y Nutrición, Centro Nacional de Estadísticas Sanitarias, CDC; 13División de Preparación Estatal y Local, Oficina de Preparación y Respuesta de Salud Pública, CDC; 14Oficina del Director, Centro Nacional de Enfermedades Infecciosas Emergentes y Zoonóticas, CDC; 15División para la Divulgación de Información de Salud Pública, Centro de Servicios de Vigilancia, Epidemiología y Laboratorio, CDC; 16Ministerio de Salud de la República de las Islas Marshall; 17Departamento de Servicios de Salud de Kosrae, Estados Federados de Micronesia.


* La evidencia comprobada por laboratorio de posible infección reciente materna por el virus del Zika se definió como 1) una infección por el virus del Zika detectada por una prueba de ácido nucleico (NAT) para detección del ARN del virus del Zika (por ejemplo, reacción en cadena de la polimerasa con transcriptasa inversa [RT-PCR, por sus siglas en inglés]) en cualquier espécimen de la madre, la placenta, el feto o el bebé (a la que se hará referencia como confirmada por NAT) o 2) la detección de la infección reciente por el virus del Zika o infección reciente por flavivirus no específico mediante pruebas serológicas en un espécimen de la madre o el bebé (es decir, inmunoglobulina M [IgM] positiva o equívoca por el virus del Zika o prueba de neutralización por reducción en placas [PRNT] para el virus del Zika, valor ≥10, independientemente del valor PRNT para el virus del dengue; o IgM negativo para el virus del Zika y IgM positivo o equívoco para el virus del dengue, y PRNT para el virus del Zika con valor ≥10, independientemente del valor PRNT para el virus del dengue). Se incluyen los bebés con IgM positivo o equívoco para el virus del Zika, siempre que la PRNT confirmatoria se haya realizado en un espécimen de la madre o del bebé. El uso de la PRNT para confirmar una infección por el virus del Zika, incluso en mujeres embarazadas y bebés, no se recomienda como prueba de rutina en Puerto Rico, donde el virus del dengue es endémico y es probable que se produzca reactividad cruzada en la mayoría de los casos. (https://www.cdc.gov/zika/laboratories/lab-guidance.html). En Puerto Rico, un resultado positivo de IgM del virus del Zika en una mujer embarazada, feto o bebé (dentro de las 48 horas posteriores al parto) se consideró suficiente para indicar posible infección reciente por el virus del Zika.

Los embarazos reportados a los registros en este informe incluyeron nacimientos o pérdidas de embarazos ocurridos en los territorios estadounidenses de Samoa Americana, Puerto Rico y las Islas Vírgenes de los EE. UU. y los Estados Libres Asociados de Micronesia y las Islas Marshall. Los resultados de embarazos múltiples se contabilizaron una vez.

§ Los embarazos llevados a término incluyeron bebés nacidos vivos y pérdidas de embarazos en cualquier etapa gestacional, con evidencia comprobada en laboratorio, de la madre, la placenta, el feto o el bebé, de posible infección reciente por el virus del Zika durante el embarazo.

"Defectos de nacimiento potencialmente asociados a la infección por el virus del Zika durante el embarazo" hace referencia a defectos de nacimiento incluidos en la definición de casos de vigilancia para el Zika de los CDC (noviembre, 2016). La definición cubre todos los defectos de nacimiento que se han reportado como probablemente relacionados a la infección por el virus del Zika e incluye anomalías cerebrales, microcefalia (confirmada y posible), defectos del tubo neural y otras malformaciones cerebrales tempranas; anomalías oculares; y consecuencias consecuencias de la disfunción del sistema nervioso central, como por ejemplo, contracturas de las articulaciones y pérdida auditiva neurosensorial congénita (https://www.cdc.gov/zika/geo/pregnancy-outcomes.html).

** Los Registros de Casos de Zika en el Embarazo y en Bebés incluyen el Registro de Casos de Zika en el Embarazo en los EE. UU. (USZPR, por sus siglas en inglés) y el Sistema de Vigilancia Activa de Zika en Embarazos de Puerto Rico (PR ZAPSS, por sus siglas en inglés). El USZPR y el PR ZAPSS son sistemas de vigilancia mejorados que recopilan datos sobre embarazos y bebés de embarazos con evidencia de laboratorio de posible infección reciente por el virus del Zika y ambos utilizan métodos similares. Todos los estados de EE. UU., el Distrito de Columbia, y todos los territorios de EE. UU. excepto Puerto Rico están colaborando en el USZPR. Como Puerto Rico tiene la mayor población entre los territorios de EE. UU., los CDC y el Departamento de Salud de Puerto Rico establecieron un Registro de Casos de Zika en el Embarazo aparte, denominado Sistema de Vigilancia Activa de Zika en Embarazos de Puerto Rico.

†† Los embarazos con pruebas de ácido nucleico (NAT) que confirmen una infección por el virus del Zika incluyen aquellos con una muestra de la madre, la placenta, el feto o el bebé en el cual la presencia de ARN del virus del Zika fue documentada por un resultado de NAT positivo.

§§ Una mujer embarazada se considera sintomática si se reportan uno o más signos o síntomas que concuerden con la enfermedad por el virus del Zika (aparición repentina de fiebre, sarpullido, artralgia o conjuntivitis). Una mujer embarazada se considera asintomática si no se reportan estos síntomas.

¶¶ La edad gestacional en que se contrajo la infección por el virus del Zika se calculó usando la fecha de obtención de la primera muestra de suero, orina o sangre entera con resultados positivos para la infección por el virus del Zika comprobados por NAT o pruebas serológicas, o la fecha de aparición de los síntomas en caso de que los hubiera. La determinación de la edad gestacional se basó en el ultrasonido del primer trimestre. En caso de que no hubiera ultrasonido disponible, la fecha se determinó según el último período menstrual. En caso de que no disponer de ultrasonido ni de la fecha del último período menstrual, la edad gestacional se determinó según la información provista en el formulario de solicitud de pruebas de laboratorio.

Referencias

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  3. Simeone RM, Shapiro-Mendoza CK, Meaney-Delman D, et al. ; Zika and Pregnancy Working Group. Possible Zika virus infection among pregnant women-United States and territories, May 2016. MMWR Morb Mortal Wkly Rep 2016;65:514-9. CrossRef PubMed
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  10. Duffy MR, Chen TH, Hancock WT, et al. Zika virus outbreak on Yap Island, Federated States of Micronesia. N Engl J Med 2009;360:2536-43. CrossRef PubMed
Volver al textoTABLA 1. Resultados de embarazos* en 2 549 embarazos llevados a término con evidencia de laboratorio de posible infección reciente por el virus del Zika, según estado de los síntomas y fecha de aparición de los síntomas o fecha de recolección de las muestras - Registros de Casos de Zika en el Embarazo,§ territorios de los EE. UU., 1 de enero del 2016 - 25 de abril del 2017
Características Cant. con anomalías cerebrales y/o macrocefalia Cant. con DTN y malformaciones cerebrales tempranas, anomalías oculares o consecuencias de disfunción del SNC sin anomalías cerebrales o microcefalia N.º total con ≥1 defecto de nacimiento Cant. total de embarazos completados Porcentaje con defectos de nacimiento asociados al virus del Zika (95% IC**)
Cualquier evidencia de laboratorio de posible infección reciente por el virus del Zika††
Total 108 14 122 2 549 5 (4–6)
Estado de los síntomas de la madre§§
Síntomas reportados de la infección por el virus del Zika 68 11 79 1 561 5 (4–6)
Sin síntomas reportados de la infección por el virus del Zika 38 3 41 966 4 (3–6)
Momento¶¶ de aparición de los síntomas o fecha de recolección del espécimen***
Primer trimestre††† 27 5 32 536 6 (4–8)
Segundo trimestre§§§ 46 5 51 1 096 5 (4–6)
Tercer trimestre¶¶¶ 31 4 35 876 4 (3–6)
Infección reciente por el virus del Zika confirmada por NAT en muestra de la madre, la placenta, el feto o el bebé****
Total 71 9 80 1 508 5 (4–7)
Estado de los síntomas de la madre††††
Síntomas reportados de la infección por el virus del Zika 54 9 63 1 279 5 (4–6)
Sin síntomas reportados de la infección por el virus del Zika 16 0 16 225 7 (4–11)
Momento§§§§ de aparición de los síntomas o fecha de recolección del espécimen***
Primer trimestre††† 18 4 22 276 8 (5–12)
Segundo trimestre§§§ 34 2 36 726 5 (4–7)
Tercer trimestre¶¶¶ 17 3 20 494 4 (3–6)

Abreviaturas:  IC = intervalo de confianza; CNS = sistema nervioso central; IgM = inmunoglobulina M; NAT = prueba de ácido nucleico; DTN = defecto del tubo neural; RT-PCR =  reacción en cadena de la polimerasa con transcriptasa inversa.
* Los resultados de embarazos de gestación múltiple se contabilizan una vez.
Incluye 2 464 bebés nacidos vivos y 85 pérdidas de embarazos.
§ Registro de Casos de Zika en el Embarazo en los EE. UU. y Sistema de Vigilancia Activa de Zika en Embarazos en Puerto Rico.
La microcefalia se definió como circunferencia de la cabeza al momento del parto https://www.cdc.gov/zika/geo/pregnancy-outcomes.html).
** 95% IC para una proporción binomial utilizando el intervalo de puntuación de Wilson.
†† Incluye evidencia de laboratorio de la madre, la placenta, el feto o el bebé, de posible infección reciente por el virus del Zika en base a la presencia de ARN del virus del Zika comprobada por NAT positiva (por ejemplo, RT-PCR), evidencia serológica de infección reciente por el virus del Zika o evidencia serológica de infección reciente por flavivirus no específico.
§§ El estado de los síntomas de la madre (es decir, fiebre, sarpullido, artralgia o conjuntivitis) fue desconocido para 22 embarazos a término; de estos, dos resultaron en fetos o bebés con anomalías cerebrales, con o sin microcefalia.
¶¶ La infección materna por el virus del Zika fue reportada en el período periconcepcional (es decir, las 8 semanas previas a la concepción [6 semanas antes y 2 semanas después del primer día del último período menstrual]) en 21 embarazos a término; de estos, uno resultó en un feto o bebé con anomalías cerebrales, con o sin microcefalia. El momento de la infección materna por el virus del Zika fue desconocido en 20 embarazos a término; de estos, tres resultaron en fetos o bebés con anomalías cerebrales, con o sin microcefalia.
*** La edad gestacional en que se contrajo la infección por el virus del Zika se calculó usando la fecha de obtención de la primera muestra de suero, orina o sangre entera con resultados positivos para la infección por el virus del Zika comprobados por NAT o pruebas serológicas, o la fecha de aparición de los síntomas en caso de que los hubiera.
††† El primer trimestre incluye desde 2 semanas después del último período menstrual hasta 13 semanas, 6 días de edad gestacional según la fecha probable del parto.
§§§ El segundo trimestre se define como desde 14 semanas hasta 27 semanas, 6 días de edad gestacional según la fecha probable del parto.
¶¶¶ El tercer trimestre se cuenta desde las 28 semanas de edad gestacional en adelante según la fecha probable del parto.
**** Incluye evidencia de laboratorio de la madre, la placenta, el feto o el bebé que demuestre infección por el virus del Zika según la presencia de ARN del virus del Zika mediante una NAT positiva (e.g., RT-PCR).
†††† El estado de los síntomas de la madre fue desconocido para cuatro embarazos a término; de estos, uno resultó en un feto o bebé con anomalías cerebrales, con o sin microcefalia.
§§§§ La infección materna por el virus del Zika se reportó en el período periconcepcional (es decir, las 8 semanas previas a la concepción [6 semanas antes y 2 semanas después del primer día del último período menstrual]) en seis embarazos; de estos, uno resultó en un feto o bebé con anomalías cerebrales, con o sin microcefalia. El momento de la infección materna por el virus del Zika fue desconocido para seis embarazos; de estos, dos resultaron en fetos o bebés con anomalías cerebrales, con o sin microcefalia.

Volver al textoTABLE 2. Pruebas y evaluaciones de detección del virus del Zika en bebés al momento del nacimiento para 2 464 bebés nacidos vivos de embarazos a término con evidencia de laboratorio de posible infección reciente por el virus del Zika - Registros de Casos de Zika en el Embarazo, * territorios de los EE. UU., 1 de enero de 2016 - 25 de abril de 2017
Pruebas y evaluaciones Bebés nacidos vivos
Con defectos de nacimiento
n.° (%)
Sin defectos de nacimiento
n.° (%)
Total
n.° (%)
Total 116 (5) 2 348 (95) 2 464 (100)
Prueba de detección del virus del Zika en bebés
≥Resultado de pruebas en 1 espécimen del bebé;§; informado a los registros de casos de Zika en embarazos y bebés 64 (55) 1 381 (59) 1 445 (59)
Evaluación del bebé al momento del nacimiento
Neurodiagnóstico por imágenes realizado y resultados reportados a los registros de casos de Zika en embarazos y bebés 69 (59) 1 219 (52) 1 288 (52)
Examen de la audición realizado y resultados reportados a los registros de casos de Zika en embarazos y bebés 105 (91) 1 840 (78) 1 945 (79)

* Registro de Casos de Zika en el Embarazo en los EE. UU. y Sistema de Vigilancia Activa de Zika en Embarazos en Puerto Rico.
Incluye bebés con uno o más de los siguientes defectos de nacimiento potencialmente asociados a la infección por el virus del Zika: anomalía cerebral y/o microcefalia o posible microcefalia, defecto del tubo neural y otras malformaciones cerebrales tempranas, anomalías oculares o consecuencias de disfunción del sistema nervioso central.
§ Las muestras obtenidas de bebés incluyen suero, orina y líquido cefalorraquídeo.
El diagnóstico por imagen incluye cualquier imagen de la cabeza del bebé, incluidas ecografía craneal, tomografía computada, resonancia magnética o radiografía reportadas a los registros de casos de Zika en el embarazo según las directrices para diagnóstico por imagen publicadas el 19 de agosto del 2016. (Russell K, Oliver SE, Lewis L, et al. Actualización: directrices provisionales para la evaluación y el manejo de bebés con posible infección congénita por el virus del Zika, Estados Unidos, agosto del 2016. Informe Semanal de Morbilidad y Mortalidad (MMWR) 2016;65:870–8.

Citación sugerida para este artículo: Shapiro-Mendoza CK, Rice ME, Galang RR, et al. Pregnancy Outcomes After Maternal Zika Virus Infection During Pregnancy - U.S. Territories, January 1, 2016-April 25, 2017. Informe Semanal de Morbilidad y Mortalidad (MMWR) 2017;66:615-621. DOI: http://dx.doi.org/10.16/mmwr.mm6623e1.

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