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Diagnóstico

English: Diagnosis

La conjuntivitis tiene muchas causas, pero en la mayoría de los casos es el resultado de una infección por un virus o una bacteria o por la reacción a un alérgeno. Independientemente de la causa, la conjuntivitis siempre provoca la inflamación de la capa fina que reviste el interior del párpado y que cubre la parte blanca del ojo (la conjuntiva). La conjuntivitis también tiene otros síntomas que pueden variar dependiendo de la causa. Estos síntomas pueden usarse para diagnosticar el tipo de conjuntivitis.

Conjuntivitis viral

La conjuntivitis viral puede diagnosticarse con frecuencia de acuerdo a los síntomas, así como por los antecedentes del paciente. Por ejemplo, si la conjuntivitis se presenta con un resfriado común o una infección del aparato respiratorio y si la secreción del ojo es líquida y no espesa, la causa es probablemente un virus. La información que dé el paciente (por ejemplo, haber estado en contacto con alguien que tiene conjuntivitis o tener alergias) y el examen del ojo, pueden también ayudar al médico a dar un diagnóstico más preciso.

Por lo general, no son necesarias las pruebas de laboratorio para diagnosticar la conjuntivitis viral. No obstante, se pueden realizar pruebas si se sospecha de la presencia de una forma más grave de conjuntivitis viral, como la conjuntivitis causada por el virus del herpes simple o el virus de la varicela-zóster. Estas pruebas se realizan usando una muestra de la secreción del ojo infectado.

Algunos pacientes pueden tener síntomas o afecciones adicionales, dependiendo de las causas de la conjuntivitis viral, como las siguientes:

  • Resfriado común, gripe u otra infección respiratoria. Por lo general, la conjuntivitis se presenta con infecciones respiratorias; en algunas ocasiones, los ganglios linfáticos delante de las orejas están inflamados y adoloridos.
  • Fiebre faringoconjuntival. Este síndrome viene acompañado de conjuntivitis así como de fiebre y dolor de garganta. Con frecuencia es causado por infecciones por adenovirus de los serotipos 3, 4 y 7.
  • Queratoconjuntivitis epidémica. Esta es una forma más grave de conjuntivitis y es causada con frecuencia por infecciones por adenovirus de serotipo 8, 19 y 37.
  • Conjuntivitis hemorrágica aguda. Esta forma de conjuntivitis a veces viene acompañada de complicaciones en el sistema nervioso. Se la relaciona con el enterovirus 70 y el virus de Coxsackie A24.
  • Queratoconjuntivitis herpética. Esta forma de conjuntivitis está asociada al virus del herpes simple y a las lesiones de la piel similares a las ampollas; puede afectar un solo ojo.
  • Rubéola y sarampión. La conjuntivitis puede presentarse con estas enfermedades virales eruptivas que por lo general van acompañadas de sarpullido, fiebre y tos.
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Conjuntivitis bacteriana

La conjuntivitis bacteriana por lo general la puede diagnosticar un médico, un enfermero u otro profesional de atención médica con base en los síntomas así como los antecedentes del paciente. Por ejemplo, si la conjuntivitis ocurre al mismo tiempo que una infección del oído y si la secreción del ojo es más espesa que líquida, la causa puede ser una bacteria. El proveedor de atención médica puede obtener una muestra de la secreción del ojo de la conjuntiva, aunque esto no se hace de manera rutinaria, para determinar mediante análisis de laboratorio el tipo de infección y el mejor tratamiento.

La conjuntivitis bacteriana aguda es la forma más común de conjuntivitis bacteriana en entornos de atención médica ambulatorios (Crounau, 2010). Según la causa de la conjuntivitis bacteriana, algunos pacientes puede que tengan los siguientes síntomas o afecciones adicionales:

  • Conjuntivitis bacteriana hiperaguda. Esta es una forma más grave de conjuntivitis que evoluciona rápidamente y va acompañada de mucha secreción amarillenta o verdosa, la cual vuelve a aparecer aun después de limpiarse los ojos. En los adultos sexualmente activos con más frecuencia su causa es la Neisseria gonorrhoeae. Esta infección puede causar pérdida de la visión si un oculista no la trata oportunamente (Crounau, 2010).
  • Conjuntivitis bacteriana crónica. Por lo general, aparece con otra afección inflamatoria (blefaritis) que fomenta el crecimiento de bacterias en el párpado; también puede ocasionar la presencia de partículas escamosas y sensación de calor en el párpado. Los síntomas duran por lo menos 4 semanas con episodios frecuentes (Høvding, 2008). Las personas con esta afección deben consultar a un oculista.
  • Conjuntivitis de inclusión (clamidial). Es más común en los recién nacidos; incluye enrojecimiento de uno o los dos ojos; inflamación de los párpados y secreción con pus. Por lo general, se manifiesta entre los 5 y 12 días después del nacimiento.
  • Conjuntivitis gonocócica. Se presenta con más frecuencia en los recién nacidos; incluye enrojecimiento en los ojos; pus espeso en los ojos e inflamación de los párpados. Por lo general aparece entre los 2 y 4 días después del nacimiento.
  • Tracoma. Es la conjuntivitis folicular crónica que provoca la aparición de tejido cicatricial en la conjuntiva y la córnea; en niños menores de 10 años se presentan infecciones repetidas y es común en los países en vías de desarrollo.

Conjuntivitis alérgica

La conjuntivitis alérgica puede diagnosticarse a través de los síntomas y los antecedentes del paciente; por ejemplo, la conjuntivitis alérgica puede presentarse cuando los niveles de polen están altos y puede causar una picazón intensa en los ojos del paciente. Este tipo de conjuntivitis ocurre con frecuencia en las personas que presentan otros signos de afecciones alérgicas, como rinitis alérgica primaveral, asma o eccema. La conjuntivitis alérgica es causada por la reacción de una persona a las sustancias que le provocan alergias, como el polen, los ácaros del polvo, la caspa de los animales, los medicamentos, los cosméticos y otras sustancias alérgenas. El tipo de conjuntivitis relacionada con el uso de lentes de contacto con frecuencia es diagnosticada por el oculista durante un examen de la vista.

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