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Las escuelas desempeñan un papel clave en la prevención del VIH, las ETS y el embarazo en adolescentes

Alumna en sala de claseDe la misma manera en que las escuelas son un entorno fundamental en la preparación académica de los estudiantes, también contribuyen de manera vital a ayudar a los jóvenes a responsabilizarse por su propia salud. Obtenga más información acerca de qué pueden hacer las escuelas para apoyar la prevención del VIH y las ETS y las pruebas de detección.

¿Por qué son importantes las escuelas?

En los Estados Unidos hay aproximadamente 42 millones de adolescentes. Entre estos, 37 millones (91 %) asisten a escuelas públicas o privadas por al menos 6 horas al día durante los años más críticos de su desarrollo social, físico e intelectual. Después del hogar, las escuelas son los lugares más importantes a cargo del desarrollo de los jóvenes. La educación sobre salud en la escuela puede ayudar a los adolescentes a adoptar actitudes y comportamientos que respalden su salud y bienestar general, e incluso aquellos que reducen el riesgo de contraer el VIH y otras enfermedades de transmisión sexual (ETS) y el riesgo de embarazos.

Prevención del VIH, las ETS y el embarazo en adolescentes

Muchos jóvenes tienen comportamientos sexuales riesgosos que pueden ocasionar resultados inesperados en la salud. Por ejemplo, entre estudiantes de escuela secundaria superior de los EE. UU. encuestados en el 20131 se encontró lo siguiente:

  • El 47 % había tenido relaciones sexuales por lo menos una vez. 
  • El 34 % era sexualmente activo en esos momentos. 
  • El 15 % había tenido cuatro o más parejas sexuales en su vida . 
  • Solamente el 13 % se había hecho pruebas del VH.

Los comportamientos sexuales de riesgo ponen a los adolescentes en peligro de contraer la infección por el VIH y otras ETS, así como de tener embarazos no planeados.

  • Casi 10 000 jóvenes (de 13 a 24 años) recibieron un diagnóstico de infección por el VIH en los EE. UU. en el 2013.2
  • En el 2010, los hombres jóvenes homosexuales y bisexuales (de 13 a 24 años) representaron una cifra estimada del 19 % (8800) de todas las nuevas infecciones por el VIH en los Estados Unidos y el 72 % de las nuevas infecciones por este virus en los jóvenes.3
  • Casi la mitad de los 20 millones de nuevas ETS al año ocurrieron entre personas jóvenes entre los 15 y 24 años.4
  • Aproximadamente 273 000 bebés nacieron de madres adolescentes de 15 a 19 años en el 2013.5

¿Qué pueden hacer las escuelas para apoyar la prevención del VIH y las ETS?

Grupo de estudiantes

Los programas de prevención del VIH y las ETS bien diseñados pueden reducir significativamente los comportamientos sexuales de riesgo entre los adolescentes.

Las investigaciones muestran que los programas de prevención del VIH y las ETS bien diseñados y bien implementados pueden reducir de manera significativa los comportamientos sexuales de riesgo entre los adolescentes. Una revisión de 48 programas integrales de educación sexual sobre el VIH y las ETS basados en un currículo encontró que ninguno aumentó la probabilidad de que los adolescentes tuvieran relaciones sexuales, mientras que dos terceras partes tuvieron un efecto significativo en la reducción de comportamientos sexuales de riesgo entre las personas jóvenes,6,7 que incluyen los siguientes:

  • Esperar más antes de tener la primera relación sexual.
  • Reducción de la cantidad de parejas sexuales.
  • Aumento del uso de condones o anticonceptivos.

¿Qué pueden hacer las escuelas para respaldar la realización de pruebas de detección del VIH y las ETS? 
Hacer que las pruebas de detección del VIH formen parte de la atención médica de rutina de los adolescentes y adultos entre 13 y 64 años es una estrategia importante que recomiendan los CDC a fin de reducir la propagación del VIH.8 Las pruebas de detección del VIH son además una parte integral de la Estrategia Nacional contra el VIH/SIDA* que hace un llamado para que todas las personas en los Estados Unidos se informen sobre el VIH. Esto incluye saber cómo se transmite y previene el VIH, y saber cuáles comportamientos ponen a las personas en mayor riesgo de contraer la infección. Para prevenir la propagación del VIH y mejorar los resultados en la salud de quienes ya están infectados, la concientización sobre el VIH y la educación sobre este tema deben ser integrados universalmente en todos los entornos educativos.9

Las agencias de educación a nivel local y estatal y las escuelas son colaboradores esenciales en este esfuerzo. Las escuelas pueden ayudar a respaldar la realización de pruebas de detección del VIH y las ETS de las siguientes maneras:

  • Enseñar a los estudiantes acerca del VIH y otras ETS.
  • Promover la comunicación entre los adolescentes y sus padres.
  • Enseñar a los estudiantes cómo encontrar lugares donde se hacen las pruebas de detección y se ofrece consejería sobre el VIH.
  • Proporcionar remisiones a los lugares donde se prestan los servicios de pruebas de detección, consejería y tratamiento.
  • Brindar pruebas de detección del VIH y las ETS en el mismo sitio.

¿Qué están haciendo los CDC?

Los CDC brindan financiación y asistencia que permiten a las agencias de educación a nivel local y estatal ofrecer programas de prevención del VIH que son científicamente sólidos y basados en las investigaciones más recientes sobre eficacia. Muchas de las estrategias que implementan las escuelas para prevenir la infección por el VIH pueden, además, ayudar a los jóvenes a evitar otras ETS, así como los embarazos.
Entre las actividades financiadas por los CDC se incluyen las siguientes:

  • Ayudar a las comunidades a recopilar y analizar datos sobre los comportamientos sexuales de riesgo de los jóvenes a fin de garantizar que los programas se basen en datos y respondan a las necesidades locales.
  • Implementar programas y currículos sobre la prevención del VIH y las ETS que sean precisos desde el punto de vista médico, que tengan evidencia de su eficacia y que enseñen conocimientos y habilidades fundamentales para prevenir la infección.
  • Ofrecer desarrollo profesional a fin de garantizar que los maestros tengan las habilidades y los conocimientos necesarios para enseñar eficazmente a los jóvenes cómo protegerse de las infecciones por el VIH y las ETS.
  • Garantizar un entorno escolar seguro y de apoyo que aumente la participación de los estudiantes en la escuela, reduzca la discriminación, la intimidación, el aislamiento y la probabilidad de que los estudiantes tengan comportamientos de riesgo.
  • Respaldar la adopción y la implementación de políticas importantes con respecto a los procedimientos para el control de infecciones y la confidencialidad de los estudiantes y los empleados infectados por el VIH.
  • Establecer enlaces a los servicios de salud comunitarios que proveen pruebas de detección, consejería y tratamiento del VIH y de otras ETS.

Referencias

  1. CDC. Youth Risk Behavior Surveillance—United States, 2013.* MMWR, 2014;63(SS-4).
  2. CDC. Diagnoses of HIV infection and AIDS in the United States and dependent areas, 2013.* HIV Surveillance Report, Volume 25.
  3. CDC. Estimated HIV incidence in the United States, 2007-2010.* HIV Surveillance Supplemental Report 2012;17(No. 4).
  4. Satterwhite CL, et al. Sexually transmitted infections among U.S. women and men: Prevalence and incidence estimates, 2008. Sexually Transmitted Diseases, 2013; 40(3): pp. 187-193.
  5. Martin JA, Hamilton BE, Osterman MJK, Curtin SC, Mathews TJ. Births: final data for 2013. National Vital Statistics Report. 2015;64(1).
  6. Kirby D. Emerging Answers 2007: Research Findings on Programs to Reduce Teen Pregnancy and Sexually Transmitted Diseases. Washington, DC: National Campaign to Prevent Teen Pregnancy; 2007.
  7. Kirby D. The impact of abstinence and comprehensive sex and STD/HIV education programs on adolescent sexual behavior. Sexuality Research & Social Policy 2008;5(3):18–27.
  8. CDC. Revised recommendations for HIV testing of adults, adolescents, and pregnant women in health-care settings.* MMWR 2006;55(RR-14).
  9. National Association of State Boards of Education. Someone at School Has AIDS: A Complete Guide to Education Policies Concerning HIV Infection. 2nd ed. Alexandria, VA: National Association of State Boards of Education; 2001.

* Los enlaces a sitios web pueden llevar a páginas en inglés o español.

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