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Acerca del citomegalovirus

English: About CMV

El citomegalovirus o CMV, por sus siglas en inglés, es un virus común que infecta a personas de todas las edades. En los Estados Unidos, casi uno de cada tres niños se han infectado por el CMV para cuando tienen 5 años de edad. Más de la mitad de los adultos se han infectado por el CMV para cuando tienen 40 años de edad. Una vez que el CMV se aloja en el cuerpo de una persona, permanecerá allí de por vida y se puede reactivar. Una persona también se puede reinfectar con una cepa (variedad) diferente del virus.

La mayoría de las personas infectadas por el CMV no presentan signos ni síntomas. Esto se debe a que el sistema inmunitario de una persona sana generalmente impide que el virus cause la enfermedad. Sin embargo, la infección por CMV puede causar graves problemas de salud en las persona con el sistema inmunitario debilitado, así como a los bebés infectados por el virus antes de que nazcan (CMV congénito*).

Tres mujeres embarazadas

Signos y síntomas

La mayoría de las personas con la infección por el CMV no tienen síntomas y no saben que están infectadas. En algunos casos, la infección en las personas sanas puede causar una enfermedad leve que puede incluir lo siguiente:

  • fiebre,
  • dolor de garganta,
  • fatiga, e
  • inflamación de los ganglios.

Con frecuencia, el CMV puede causar mononucleosis* o hepatitis* (problemas del hígado).

Las personas con el sistema inmunitario debilitado que se infectan por CMV pueden tener síntomas más graves que afectan los ojos, los pulmones, el hígado, el esófago, el estómago y los intestinos. Los bebés que nacen infectados con el CMV pueden tener problemas en el cerebro, el hígado, el bazo, los pulmones así como problemas de crecimiento. La pérdida de la audición es el problema de salud más común en los bebés nacidos con infección congénita por CMV, que se podría detectar al poco tiempo del nacimiento o presentarse más tarde en la niñez.

Transmisión y prevención

Las personas con CMV pueden dispersar (pasar) el virus a través de los líquidos corporales, como la orina, la saliva, la sangre, las lágrimas, el semen y la leche materna. La persona infectada propaga el CMV de las siguientes maneras:

  • por el contacto directo con la orina o la saliva, especialmente de bebés y niños pequeños.
  • a través del contacto sexual.
  • por medio de la leche materna.
  • por medio de trasplantes de órganos y transfusiones de sangre.
  • de la madre al bebé durante el embarazo (CMV congénito*).

Una de las medidas comúnmente recomendadas para reducir la propagación de las infecciones es lavarse las manos con regularidad, particularmente después de cambiar pañales; esto también podría reducir la exposición al CMV.

Los proveedores de atención médica deben seguir las medidas de precaución estándar. Para obtener más recomendaciones en entornos de atención médica, consulte la Guía para la prevención de infecciones en entornos ambulatorios*.

Diagnóstico

Se pueden hacer análisis de sangre para diagnosticar las infecciones por CMV en las personas con síntomas.

Tratamiento

Las personas sanas que se infectan con CMV, por lo general no requieren tratamiento médico.

Hay medicamentos disponibles para tratar las infecciones por CMV en las personas con el sistema inmunitario debilitado y los bebés que muestren síntomas de la infección congénita por CMV*.

*Los enlaces a sitios web pueden llevar a páginas en inglés o español.

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