Volumen 6: Nº 2, abril de 2009
INVESTIGACIÓN ORIGINAL
La prevención secundaria del infarto de miocardio mediante estrategias no farmacológicas en una cohorte de afiliados a Medicaid
Erica B. Oberg, ND, MPH, Annette L. Fitzpatrick, PhD, William E. Lafferty, MD, James P. LoGerfo, MD, MPH
Cita sugerida para este artículo: Oberg EB, Fitzpatrick AL, Lafferty WE, LoGerfo JP. La prevención secundaria del infarto de miocardio mediante estrategias no farmacológicas en una cohorte de afiliados a Medicaid. Prev Chronic Dis 2009;6(2):A52.
http://www.cdc.gov/pcd/issues/2009/
apr/08_0083_es.htm. Visitado [fecha].
REVISIÓN PARITARIA
Resumen
Antecedentes
La calidad de la atención médica que se brinda después de un infarto de miocardio (IM) podría no ser la adecuada, o tal vez no se esté dando la debida prioridad a los lineamientos sobre intervenciones no farmacológicas (como la rehabilitación cardíaca o los tratamientos para dejar de fumar). Identificamos las brechas existentes entre los lineamientos sobre prevención secundaria y la atención ambulatoria que recibieron los afiliados a Medicaid que habían tenido un infarto de miocardio.
Métodos
Para seleccionar a los sobrevivientes de un infarto de miocardio, utilizamos los reclamos de reembolso a Medicaid del año 2004 en el estado de Washington. Se extrajeron datos agregados a partir de las actas de internación y de atención ambulatoria y de las recetas médicas hechas durante los 365 días posteriores al IM. Luego, mediante un análisis de regresión de Cox, se comparó la aplicación de las estrategias sobre prevención secundaria
establecidas en los lineamientos sobre el tema con los datos de rehospitalización repetida y de muerte por infarto.
Resultados
El tamaño de la muestra fue de 372 personas. Cincuenta pacientes murieron durante el año siguiente al infarto de miocardio y 144 volvieron a ser internados. Sólo 2 pacientes asistieron a un programa de rehabilitación cardíaca. El apoyo para dejar de fumar se asoció con una reducción del 66% en la tasa de mortalidad, pero sólo el 72,6% de los fumadores recibió dicho apoyo. Menos de la mitad (45,4%) de los pacientes vio a un proveedor de atención
primaria dentro de los 90 días posteriores al IM, y el 7,5% nunca volvió a consultar a un médico. El recibir atención primaria regular se asoció con un riesgo de muerte más bajo (razón de riesgo, 0,91; intervalo de confianza de 95%, 0,84-0,97, P < 0,01). Se observó una asociación entre una tendencia protectora y el hecho de ser atendido por un cardiólogo, pero sólo el 21,5% de los pacientes fue atendido por un especialista.
Conclusión
El análisis de los reclamos de reembolso a Medicaid sugiere que las tasas de prevención secundaria están muy por debajo de las deseadas. Introducir cambios en las políticas de salud (otorgar beneficios para dejar de fumar, crear más programas de rehabilitación), aumentar la capacidad de la atención médica (capacitación, patrones de derivación y coordinación de los cuidados) y mejorar el acceso a los servicios de salud (eliminar
obstáculos, crear nuevas instalaciones, apuntar a grupos minoritarios) podría aumentar la tasa de supervivencia y reducir las tasas de rehospitalización luego de un infarto de miocardio.